viernes, 11 de octubre de 2013

Capítulo 39

*Narra Álvaro*

Todo aquello estaba empezando a superarme. Era demasiado, quería que todo fuese una pesadilla de la que no puedo despertar. Siento un mal estar de verla en la cama. Tengo que salir de aquí, quiero respirar.


Yo: Chicos, necesito salir de aquí, dar una vuelta, avisadme si viene el doctor para decir algo.
Dani: No te preocupes, aquí nos quedamos.
David: ¿Quieres que salga contigo?
Yo: Gracias pero necesito estar solo un rato. Esto Tere, gracias por dejarnos estar aquí, por ser tan comprensiva y escuchar, sé que este momento es difícil para usted también y dejarnos estar aquí, sabemos que es un esfuerzo. ¿Puedo pedirle algo?; ¿Puedo acercarme a Rocío?
Tere: Esto vale pero... Esta bien.
Yo: Gracias.

Me acerqué despacio, observandola, precavido, no sabía si podía tocarla, parecía tan frágil... Le agarré la mano y le acaricio la cara, me acerco y le beso la mejilla y le susurro al oído: "Estoy aquí, te quiero, no te voy a abandonar". Le vuelvo a besar la mejilla y me alejo para salir por la puerta, necesitaba respirar. 
Después de quince minutos en la calle y calmar mi llanto me vuelvo a encaminar hacia la habitación.
Llegué a la habitación y volví a sentarme con los demás a esperar noticias del medico.
Casi es de noche y después de convencer a los chicos para que regresaran al hotel y que Tere, la madre de Rocío, fuese a dejar a la hermana de Rocío en su casa, me quedé solo con ella.
Me siento a su lado y le agarro la mano mientras le acaricio la cara y le hablo pidiéndole que me responda, que abra los ojos... Lloro sobre su cama.
Después de que el medico nos dijera que habían tenido que inducirla en coma para poder controlar sus constantes y así poder hacer que la recuperación se haga con las mínimas complicaciones y de una forma más segura. 

Solo se escucha el sonido de las maquinas conectadas a su cuerpo, alguien me había tapado mientras dormía, no quería abrir los ojos para no saber que no era una pesadilla, aunque sé que es verdad, ha sucedido. Me levanto de la cama y veo que la madre de Rocío ha vuelto y que intuyo que fue ella quien me tapo, la saludo.

Yo: Hola.
Tere: Buenas, te quedaste dormido y no quería despertarte, sé que es muy difícil, yo estoy destrozada.
Yo: No puedo mirarla sin que me sienta culpable.
Tere: No digas eso, ha sido un accidente en el que ni tú ni yo podríamos haber hecho nada.
Yo: Lo sé, pero igual, me siento mal.
Tere: Deja de pensar en eso, las predicciones de los médicos son buenas y todo parece ir bien.
Yo: Lo intentaré.
Tere: Y ya sé que ya me has contado, pero quiero que me cuentes que sabes de ella.
Yo: Vale.

Seguimos hablando, era un consuelo que no me había echado de la habitación y podía estar cerca de Rocío.

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