Álvaro entró en la habitación y se dirigió a sentarse a mi lado, venía pensativo y sonriente, ¿Quién era?, ¿Qué era lo que le habían dicho que estaba tan contento?
Álvaro: ¡Ey chicos!, ¿De qué habláis?
David: Nada, preguntándole a tu novia cosillas de ella, cuántos años tiene, qué está haciendo, qué estudia, cosas como esas...
Yo: Muchas de las cosas que tú ya sabes, que ya te he contado.
Álvaro: Ya veo...
Continuamos hablando, pero esta vez yo también intervenía de vez en cuando y daba mi opinión. Pasaron unos minutos cuando alguien llamó a la puerta. Dani se levantó para abrir, era Blas, que se nos unía.
Carlos: ¡A buenas horas vienes Blas!
David: Ya hemos terminado de hablarlo todo.
Blas: ¿Me hacéis un resumen de todo?
Álvaro: Pues te lo van a hacer ellos, porque Rocío y yo nos vamos.
David: ¿A dónde vais?
Álvaro: Esto... a dar una vuelta.
Blas: Vale, no me importa. Adiós Rocío, diviertete.
Yo: Adiós Blas, Adiós a todos.
Todos: Adiós.
Dani: ¡Pasarlo bien!
Álvaro: Hasta luego chicos.
Álvaro me cogió de la mano y salimos de la habitación después de despedirnos de los chicos. Yo estaba sorprendida porque no pensaba que íbamos a estar solos. Aunque me gustaba estar con los chicos hablando, estar con Álvaro a solas me gustaba mucho más.
Yo: Álvaro, ¿Dónde vamos?
Álvaro: Es una sorpresa. Espera aquí.
Nos paramos delante de su habitación y entro solo cerrando la puerta al entrar, tuve que esperarle fuera, salió con un antifaz en las manos. ¿Qué había preparado? y lo más importante, ¿Cuándo?.
Yo: ¿Me vas a tapar los ojos?
Álvaro: Sí, es una sorpresa ¿recuerdas?
Yo: Esta bien.
Entonces me puso el antifaz y me cogió de la mano para guiarme, ¿Dónde me llevaba?. Estaba muy emocionada por aquella sorpresa y algo nerviosa por no saber que esperar.
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