lunes, 15 de abril de 2013

Capítulo 8

Dormimos abrazados, me desperté con la luz que entraba por la ventana y me lo encontré a él sin camisa agarrándome, frente a mi, por la cintura. No quería despertarlo estaba tan guapo... Le di un beso en la frente y me dirigí al baño para, como mínimo, mirarme en el espejo si estaba guapa para él. Me enfrenté al espejo y vi que estaba sonriendo, estaba feliz. Me arreglé el pelo e intenté hacer que mi ropa no estuviese muy arrugada y que no pareciese un vestido de la noche anterior. Cuando estaba terminando de pintarme un poco los ojos el teléfono de Álvaro empezó a sonar, tenía como tono "Elevate". Yo salí del cuarto de baño al sentir el movimiento de Álvaro y que contestaba al móvil. 
Estaba inclinado, sobre sus codos en la cama, mirándome con una sonrisa, mientras hablaba por teléfono.
Álvaro: Eh Blas, dile a los chicos que yo ya he pedido el desayuno en la habitación. - Si se trata de eso. - No, no quiero. - Que no venga nadie, Blas. - Gracias tío, te debo una. Luego hablamos. - Adiós.
Yo me acerque a él y me subí a la cama para besarle. 
Yo: Buenos días! ¿ Has dormido bien?
Álvaro: Perfectamente amor..! 
Yo: ¿ Como es eso de que has pedido el desayuno?
Álvaro: Si, es verdad. Pensaba llamar para que subiesen el desayuno para nosotros y poder estar solos. Oye, tú no estas muy guapa por la mañana verdad..?
Yo: Álvaro no me digas eso que me da vergüenza..... Y pensar que ayer para mi solo eras un sueño y hoy mirame aquí, juntos, en la cama....
Se lanzó sobre mi y empezó a darme besos. 
Álvaro: Y esto es solo el principio, te quiero. 
Seguimos hablando, mientras nos traían el desayuno.
Yo estaba muy feliz, no podías creermelo. Pasaron alrededor de 10 minutos cuando llamaron a la puerta con el mensaje de "servicio de habitaciones, traemos el desayuno".
Álvaro: Quedate en la cama amor, yo abro.
Me quedé observando como se dirigía hacia la puerta con su torso desnudo, sin zapatos y con los pantalones caídos por los lados, todo muy informal, era un dios. 
Álvaro: Gracias por subirlo, puede apuntarlo a la cuenta de la habitación.
Nos sentamos en la mesa los dos juntos y empezamos a juguetear como niños dándonos de comer el uno al otro y dándonos besos. Lo pasamos muy bien, en esos momentos estaba viviendo mi sueño, estar con Álvaro. En esos momentos me sentía la mujer mas feliz del mundo. De repense paró en seco y empezó a hablarme. 
Álvaro: Rocío yo... Me gustas mucho! Ya te lo he dicho, creo que he tenido mucha suerte al encontrarme contigo. 
Yo: Álvaro.... Tu a mi también me gustas, incluso mas que eso. 
Álvaro: Esto ha sido genial y no quiero que acabe. 
Yo: Álvaro no quiero que acabe esto yo tampoco. Quiero estar contigo...
Me lanzo a sus brazos y lo abrazo ante esas palabras que me había dicho.
Álvaro: Rocío estamos hablando de algo que no tiene un principio firme....
En aquel momento me cogió la mano y me miró a los ojos diciendo las palabras más hermosas que podría haberme dicho. 
Álvaro: Rocío quiero pedirte formalmente que seas mi novia, quiero intentarlo contigo. 
Yo: Álvaro, por favor dime que esa palabras son verdad. 
Álvaro: Rocío, es verdad y quiero demostrártelo presentándote formalmente ante los demás chicos. Pienso llamarlos.
Yo: Álvaro te quiero. 
Nos dimos un beso, que podía haber durado toda la vida. 

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